ESTA NOCHE ME SUICIDO

Toda la vida me pregunté ¿Por qué la gente se suicida? Desde pequeño me lo pregunté, porque un día mirando la TV, vi a un señor que amenazaba con saltar del decimoquinto piso de algún edificio; le pregunté, en aquella ocasión, a mi madre ¿Por qué la gente se suicida? Y ella se limitó a contestarme que eso era un pecado mortal y que la gente no debería hacerlo, pero que muchos lo hacen porque están mal, además de que esa gente no tiene el perdón de nadie. Bueno, esto fue lo que ella me dijo y por supuesto no me contestó así que tuve que esperar para crecer y averiguarlo por mis propios y adultos (aunque, no tan adultos) medios.
Uno de esos días de “adulto” miré una película que se llama Ken Park, o algo así, la verdad es que no estoy seguro y no voy a hablar más del tema, porque creo que deberían de ver esa película, en fin, lo único que voy a decir de esa película es que habla mucho sobre el tema y creo que esa película me dio la respuesta, entonces, para estos momentos ustedes deben estar pensando, tengo que ver esa película, pero seguramente no la van a encontrar tan fácilmente, así que bueno, tendrán que esperar, para poder entender un poco más sobre esto que estoy escribiendo…
El asunto importante aquí, es que, yo, en pleno uso de mis facultades mentales, he decidido suicidarme esta noche. Así es señoras y señores, he decidido suicidarme porque…
Bueno, creo que simplemente porque lo he decidido, pero en realidad hay otras razones que respaldan y hacen más fuerte mi deseo de hacerlo.
En primer lugar, no tengo a nadie con quién estar y hace años que no tengo sexo, debo aclarar, en este momento que soy un hombre heterosexual de 40 años y desde que tenía 25 años no me acuesto con nadie, y si en aquella ocasión lo hice, fue por que un amigo me invitó a que experimentara esa parte de la existencia y me pagó una puta (y una puta cara, eso sí). Aclaro esto porque no quiero que en enfrente de mis cenizas haya ningún tipo de comentario sobre que yo era homosexual, me molesta que la gente lo piense, ya desde que tenía 20 años la gente lo pensaba porque nunca me vieron con alguna chica tomado de la mano por la calle, pero eso no era mi culpa y tampoco nunca me importó, pero no me gusta que se hable mal de las personas y por supuesto, menos de mí, aunque ya esté muerto.
En segundo lugar, quiero decir que tengo unos vecinos bastante molestos y tan desagradables que ya no los soporto; se pasan los fines de semana en la pachanga absoluta y no me dejan descansar de la tensión que acumulo durante toda la semana en la oficina.
En tercer lugar, creo que de todas formas voy a morir, así que en realidad no importa si es antes o después; y creo que es mejor saber que voy a morir esta noche y en la forma que yo he decidido terminar mis días, que ir por las calles e ignorarlo.
En cuarto lugar, pues la verdad que nunca estuve conforme con mi existencia en este lugar llamado planeta tierra, también por varias razones, no sé, a mí en particular, me hubiera gustado ser ricachón y más alto, no cualquier wey de clase media baja, que se la pasa abordando transportes como el metro en donde te orillas a viajar en condiciones de hacinamiento, empujado, manoseado, ensuciado, entre malos olores y demás. Y también me hubiera gustado haberme dedicado a otra cosa, porque en la oficina los compañeros (si es que les podemos llamar compañeros) se pasan la vida tratándote de joder y de que te corran.
Y ya por último, pues, debo decir que no hay lugar para mí en este cochino y asqueroso lugar; porque bueno, pues porque resulta que yo, en realidad soy escritor, pero de los buenos, y en estos días la gente ya no lee, y menos cosas buenas como las que escribo yo.
Cuando yo era joven la gente todavía leía un poco, pero pasaron muchas cosas que hicieron que la gente dejara de leer cada vez más; o debería decir que la gente leía cada vez con menos frecuencia, pero ese es el hecho.
Cuando yo era joven, todavía había uno que otro que compraba libros y los leía, pero con el tiempo los libros fueron desapareciendo y la gente se hizo más bruta. A mí por ejemplo, desde niño me gustaba ir a la biblioteca; pero también ahora han desaparecido las bibliotecas y no existen más que los ejemplares que algunos conservamos, pero ya no se pueden leer cosas nuevas y que motiven el espíritu.
Yo ya me intuía desde hace muchos años que mi existencia estaba completamente equivocada en el tiempo, porque cuando asistí a la universidad, a las muchachas jamás les llamé la atención, y a mis compañeros de escuela les encabronaba que yo leyera y escribiera tan bien (esto no lo entiendo, porque ellos en realidad jamás me entendieron, al menos ellos decían eso); pero mi finalidad, jamás fue, por un lado llamar o no la atención de las compañeras, ni tampoco encabronar o no a mis compañeros. Esto tiene que ver mucho con todas las intenciones de mi padre, hombre medianamente culto, de querer hacer de mí un hombre ilustrado y me compraba libros (algunos de ellos no muy buenos, pero al fin y al cabo leía un poco); luego me contaba del paraíso que era la universidad y del prestigio que tienen los hombres intelectuales entre las muchachas, cosa que, por supuesto, cuando asistí, me encargue de descubrir que había cambiado, si es que en algún tiempo fue así.
Así que…
Seguramente nunca nadie leerá este documento, pero quise darme un último placer y hacer lo que más me gusta en este mundo antes de morir, cosa que por otro lado, tampoco creó que mucha gente tenga la satisfacción de decirlo y hacerlo.
Bueno, pues creo que el mundo se lo ha perdido, pero no hay más que hacer, la decisión ya está tomada y prácticamente ejecutada, dentro de algunos minutos empezará a hacer efecto todo el cóctel, que un amigo médico me ayudó a conseguir para poder morir entre un sueño agradable.
Por último debo señalar que no quiero que se piense que fui un hombre cobarde, no, y lo escribo firmemente, porque la verdad es que jamás fui cobarde, pero ya es tarde para entrar en detalles, el cóctel me está produciendo mucho sueño y debo concluir con esto.

Atentamente: El suicida.