Sonntag, Juni 05, 2011

Esa Palabra



Yo les dije a todos mis amigos con un gran entusiasmo: - ¡Hey! ¿Qué les parece? ¡He vuelto a escribir! –
Cuando me di cuenta, todos ellos, en realidad, eran sombras que jamás habían existido y esa palabra escrita, pronunciada, marcada, en lo más profundo de mi ser; fue algo que siempre estuvo ahí, tan latente y sentido.
Ahora todo era obscuro y exacto; todo fue una broma pesada de cierta locura que engendré en mi niñez; jamás hubo alguien, sólo fueron fantasmas a quienes llamé amigos, familia, hermanos. . .
Esa imagen sobre mí mismo ante la inmensidad, era lo único que al final poseí, eso y nada más. En el diagnóstico aparecía esa palabra como un dato más; todos mis escritos fueron quemados junto con todas las ideas, así como mi propio expediente. Nadie quería saber de alguien como yo.

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